Marcando la diferencia

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"Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo" (Colosenses 2:8)

No se si recuerdan una propaganda de Pepsi donde Verón le enseña a Saviola como puede tener todo lo que quiera (dinero, fama, mujeres) con sólo un chasquido de sus dedos. Esa es la imágen que éste mundo nos quiere vender. Cuando digo mundo no me refiero al planeta Tierra en sí, sino al sistema montado por Satanás, comprendido por aspectos políticos, culturales, económicos y religiosos en los cuales se puede ver un espíritu de indiferencia y rebelión contra Dios y sus seguidores. Pablo dice: "no se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente" (Romanos 12:2). Juan también dice: "no amen al mundo ni nada de lo que hay en él" -fíjense que esto no se refiere a las personas, ya que sigue diciendo- "porque nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida- proviene del Padre sino del mundo" (1 Juan 2:15-16).

Qué tenemos que hacer entonces. Marcar la diferencia, no perdernos entre el montón. Jesús dice de nosotros que somos "la sal de la tierra", para que no se vuelva insípida y se eche a perder; y "la luz del mundo", la cual debemos hacer brillar delante de todos para testimonio y alabanza de nuestro Padre que está en el cielo. Con éste fin Dios nos dió diversos talentos de los cuales tendremos que rendir cuentas. Esta semana tuve la oportunidad de ver los testimonios de Pablo Olivares y Funky. Dos cristianos que entendieron ésto y realmente hacen lo suyo con excelencia. Los dos conocieron de cerca los poderes que operan en el mundo espiritual. Pablo Olivares, por ejemplo, cuenta acerca de cómo las oraciones de su madre interferían con el pacto de fama que había hecho con Satanás. Funky cuenta acerca del poder de la Palabra y del peligro de declarar cosas malas o negativas. El nos recuerda que dónde un creyente está el enemigo tiene que correr. Dice Deuteronomio 28:7 "El Señor derrotará a tus enemigo que se levanten contra tí; por un camino saldrán contra tí, y por siete caminos huirán de delante de tí" otra versión dice "avanzarán contra tí en perfecta formación, pero huirán en desbandada".

Nosotros tenemos autoridad, nos cuesta ejercerla porque en el fondo creemos que somos nosotros, cuando en realidad somos representantes, embajadores de Cristo. Recuerdo una ilustración donde había un policía jovencito, flaquito, recién salido de la academia y lo mandan a vigilar una ruta. De repente viene un camión enorme, echando humo, con acoplado, 50 ejes, 5 mil toneladas, 100 mts de largo (me parece que se me fué un poco la mano), bueno el caso es que el policía se para enfrente y le hace señas para que se detenga y el camión disminuye su velocidad, se tira a la banquina y para. ¿Por qué obedeció y paró el camionero? ¿Porque le dió lástima la carita del jóven policía? No. Paró porque el muchacho tenía un uniforme y detrás de ese uniforme hay una comisaría y detrás de esa comisaría hay jueces y detrás de esos jueces hay leyes y cárceles que respaldan la autoridad de ese uniforme. O sea que no es el policía sino lo que representa.

Así tendría que ser con nosotros. Lo que vale es a quien representamos. David decía que "somos como un suspiro, que nuestros días son fugaces como una sombra", pero nuestro Dios es eterno, es el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso, el que llama a las cosas que no son como si fueran.

David ya había entendido muy bien ésto para cuando enfrentó a Goliat. El le dijo: "tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a tí en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado". Y agrega: "Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza" (1 Samuel 17:45 y 47).

David marcó la diferencia. Abraham marcó la difrencia. Moisés, Josué, Elias, Ester, Isaias, Jeremías, Daniel, José, Juan, el centurión de Capernaum, Pedro, Pablo, Esteban y tantos otros, marcaron la diferencia.

Jesucristo marcó la gran diferencia y nos dejó ejemplo. ¿Y vos... estás dispuesto a marcar la diferencia?

Queridos hermanos, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo ¡A él sea la gloria ahora y para siempre!

Fede.

1 comentarios:

On 26 de septiembre de 2007, 18:25 , Anónimo dijo...

RE HIPER GROSO!!!!