Meditaciones

Si queremos ir a conocer las cumbres nevadas, vamos a necesitar un guía que conozca la zona y nos pueda conducir por el camino correcto, evitando las grietas y demás peligros que se puedan presentar.
Ahora bien, hay un requisito para no caer en ninguno de los peligros:
Debemos seguir al guía.
No sirve de nada que lo contratemos si después no vamos a seguir sus pasos. Debemos mirar atentamente en donde pisa el guía para pisar en el mismo lugar que él, y para eso necesitamos estar lo más cerca posible de él, y observar cada paso que da. Si nosotros ponemos el pie en su pisada, estaremos seguros de que no vamos a caer, porque él pisó antes que nosotros allí; pero si ponemos nuestro pie en algún lugar fuera de su pisada, estaremos ante el peligro de caer en alguno de los profundos hoyos, grietas o lugares que no están firmes, y podemos lastimarnos mucho en la caída. Pero esto solo nos puede pasar si no seguimos las pisadas del guía.
Sigamos las pisadas del Maestro Jesucristo, el mejor guía que podemos tener, y nunca vamos a caer en las grietas que encontramos en nuestra vida.
Que el Señor añada su bendición.